¿Qué es lo primero que te imaginas cuando escuchas las palabras chocolate y vino? ¿Se conectan en algo? ¿Se produce la misma reacción en ti? Por lo menos a mí, me hace mucho sentido como combinación. Es que si lo piensas bien, el chocolate y el vino tienen muchísimo que ver y te queremos explicar por qué.
En primer lugar, y apelando a lo sensitivo, ambos son productos que consumes cuando quieres subir el ánimo, inyectarte de alegría o simplemente pasar un buen rato para compartir.
¿Cuál es la explicación?
Por su naturaleza y origen, ambos poseen en su esencia aromas florales y frutales. Y además, ambos, en su composición están cargados de antioxidantes, como los famosos flavonoides que incluso poseen propiedades cardioprotectoras.
Pero, aunado a ese “match natural” que logran entre sí, si sabes escoger bien, el match que harán en tu paladar al elevar todas sus notas será mejor, pues provocará en ti una experiencia sensorial sin igual.
Y es que sí, no está mal maridar vinos y chocolates. De hecho, será dentro de poco una tendencia global, ya lo verás.
Entender su origen y tratamiento es fundamental para iniciar
“Lo que se busca principalmente en un maridaje, es comprobar si los elementos se potencian entre sí. En este caso, que el vino y el chocolate potencien sus propiedades y las aumenten al máximo”, explica la enóloga Natalia Poblete.
Aunque nada es estricto, pudiéramos asegurar que existen algunas fórmulas que valdrían la pena repetir en este tema. Por ejemplo, es clave entender que a un vino con cuerpo, de crianza o a un ensamblaje, lo ideal es acompañarlo de un chocolate también con presencia y fuerte, con alto porcentaje de cacao. Asimismo, si eres amante del chocolate de leche, entonces los vinos monovarietales, jóvenes y frutales se casan perfectamente con él.
A mayor porcentaje de cacao un vino con presencia
Los vinos con carácter (dado por sus años de envejecimiento) son altamente recomendables para ser maridados con chocolates amargos. Cepas tradicionalmente elegantes como el Cabernet Sauvignon o Syrah, o presentaciones multivarietales hechas con precisión, son ideales para degustar chocolates con alto porcentaje de cacao. Puedes probar con cada uno por separado, o primero tomar un sorbo del vino y luego dejar que un pedazo del chocolate negro escogido se desaga en tu boca, lentamente, invadiendo todo tu paladar.
De nuestro catálogo podemos mencionar algunos productos que creemos compaginan espectacularmente, como los Carrés negros o Mendigos Negros, que tienen 64% de cacao. Para mi, los bombones Ceylán (ganache de canela) y Orange (ganache de naranja), ambos con notas de avellana en sus rellenos y también de cubierta negra al 64%, sobresalen de nuestra colección como la mejor elección para maridar con un vino elegante de peso en boca y un coupage de cepas tintas.
¿Cuál vino es ideal si amas el chocolate de leche?
En Chile tenemos la dicha de producir y consumir frecuentemente vinos hechos a partir de la cepa Carmenère. Muchos de ellos son conocidos por resaltar sus atributos de fruta y la tipicidad del terroir de nuestros valles. Nosotros sugerimos esta maravillosa cepa si deseas casarlo con chocolate dulce, con porcentajes de cacao que oscilen entre 35 y 45%.
Además, los vinos jóvenes (de cualquier cepa) vienen a ser excelentes complementos para los chocolates de leche. Nosotros recomendamos probarlos con nuestros Mendigos de Leche sin Azúcar, ya que al tratarse de un chocolate de leche con alto porcentaje de cacao (42%) y bajo contenido en azúcar, el maridaje resulta equilibrado en boca. En nuestra experiencia, creemos que también combinan de manera exquisita con nuestros productos rellenos de praliné de avellana (como Coquillages), logrando una cobertura completa, saboreando las notas frutales en el retrogusto. Y de nuestra línea de bombones, pueden hacer una alianza magnífica con Opiz, relleno de ganache de menta 100% natural.
El truco para los blancos
Los fanáticos del chocolate blanco, el más dulce de todos los tipos de chocolate y en cuya composición abunda la manteca de cacao, también tienen su oportunidad de lucirse con un buen vino. En estos casos, la vía es potenciar su degustación con vinos blancos espumosos o hechos a partir de la cepa Chardonnay.
Puedes intentarlo acompañándolos con nuestros Croustillant blancos, ya que la frescura y dulzor de los vinos blancos potencia las notas sublimes en boca de este producto, apenas vibras con el sabor único de las láminas almendras acarameladas y cubiertas de chocolate blanco 32%. También valdría la pena probar con nuestro bombón Citre, de ganache de limón de pica. Este último, maridado con un Pinot Noir —una variedad tinta con espíritu de blanco— queda perfecto.
¡A practicar!
Si te lo propones, conseguir un maridaje perfecto entre el vino y el chocolate, puede convertirse en un reto muy divertido y delicioso, en donde no hay errores, solo ensayos. Y en el que con cada sorbo o bocado que pruebes, tus sentidos ampliarán sus horizontes, llevándote a conocer sabores y notas inimaginables. O trayendo tus recuerdos a esa memoria olfativa y gustativa que te transporta a experiencias pasadas espectaculares. Atreverse, ese es el camino.
Si vas a probar, recuerda que las sensaciones y gustos son muy fuertes en la nariz, por lo que te recomendamos forzarte a exhalar por la nariz mientras degustas el chocolate para desvelar todos sus aromas. ¡No lo olvides!